Queridos y asiduos lectores de éste mi humilde rincón cinéfilo, es evidente que en algún momento de nuestras vida podemos experimentar eso que se llama "choque cultural",pero para nosotros no será gran cosa pues no nos constaría adaptarnos a unas costumbres que en superficie "parecen" similares a las nuestras. Pero la cosa cambia, cuando se trata de un inmigrante que tiene que estar cuestionado acerca de su origen, de sus intenciones en el país que lo acoge, de sus perspectivas de futuro, y de hecho tienes a un agente de inmigración en el cogote casi las 24 horas del día. Éste es el caso del protagonista de ésta pocholada francesa, más dulce que un caramelo de miel, pero con un fondo muy rico, como de naranja amarga; ya que la protagonista se enamora de él, y es a ella a la que terminan juzgando por su relación con Samba. También deja un rastro amargo, una gran verdad; todos en algún momento deben fingir lo bien que se han adaptado a ciertas costumbres a pesar de que por dentro no sea así, o fingir un origen que no es cierto. Ciertamente sorprendida con el resultado final del producto.
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